Esperando a la presa

**Kelian** Sáb 8 Ene - 17:42

Silencioso y sigiloso fue por todo el pasaje por el que varias veces se había encontrado con algunos humanos que habían terminado siendo su aperitivo. Cuando el sol toco su piel frunció el ceño molesto, no había sol en su mundo y no le gustaba, así que optó por ponerse unas gafas oscuras mientras se acostumbraba, pero cuando llego a una lugar enrejado sonrió de lado, era su lugar favorito para llevar y comer lentamente a sus presas o, mejor aún, un lugar tranquilo en el cual descansar.

Aquella capilla enrejado era muy tranquila, excepto por algunos humanos que iban ahí a recolectar o explorar, personas que no pretendía comer porque cuando llegaba a ese lugar terminaba de ser satisfecha su hambre y hoy no era la excepción, pues haberse topado con algunas liebres lo habían dejado con un poco de sueño y por ahora se disponía a descansar un poco.

Tras entrar trepando por un árbol y saltar dentro del lugar se adentro más, yéndose a algún lugar cómodo, entre las sombras, ya dentro de algunas horas podría encontrar a la primera persona que sería un sacrificio más para su padre. Pronto estuvo en las sombras recostado, suspiró quitándose los lentes, mientras cerraba los ojos y se relajaba, esperaba encontrar a su víctima antes que nadie, pero eso era obviamente imposible, había sido perezoso y salió de los últimos.

**Cloe Le Black** Mar 18 Ene - 11:16

La joven de ojos azules estaba ahora en el lugar, vestida como si fuera una chica, recordando a ese hombre, la hacía enojar y se negaba por completo a aceptar que entre de una manera tan brusca a su vida.

Quería pensar con claridad por eso mismo no quiso vestirse como lo que es el obispo, su identidad oculta, en ese momento no quería problemas, soluciones, lagrimas, alegrías o amabilidad, siendo una chica normal ninguno se acercaría a tocarla, para todos solo sería un punto más en un dibujo, y eso no le molestaba en lo más mínimo, aunque solía enojarse por la hipocresía de la gente.

Llego a la capilla recordaba cuando no estaba abandonada, e iba ahí con su hermano, los recuerdos pueden ser un fuerte lazo y te atraen a una emboscada muchas veces, pero ese sentimiento de “estuve aquí” persiste y no puede haber nada de lo que buscas ahí, tal vez es vacío.

Se podían ver los fantasmas de los recuerdos, de cuando rezaban, cuando reían, cuando paseaban, cuando estaba con su familia, y cuando fueron mutilados sus padres, y el antiguo obispo desapareció, su hermano.

Como era su costumbre no hablaba, no le gustaba influirse con las personas sentimentalmente, tal siente que todo lo que paso fue por su causa, ¿Acaso en cada familia un niño sería capaz de intentar rescatar a sus padres? La soledad podía ser tan cruel como cuando te exprime el corazón y lo deshace así como cae la arena al soltarla.

Se decidió entrar, de todos modos ella ya tenía la llave, y nadie veía, entro despacio sin hacer ruido, caminando por esa pequeña vereda a la capilla acariciaba la roca con suavidad, por un momento creyó que volvería a ver su hermano rezando como era su costumbre, así que fue muy despacio, muy lentamente para sumergirse en un sueño que casi siempre despierta y vuelve a la realidad, su hermano no estaba ahí. Se recargo a un lado de la entrada mirando hacia frente dejando que el aire le acariciara el rostro con tanta ternura que casi la hacía llorar.

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