Gavrel Wytte
Gavrel Wytte
Nombre Completo: Gavrel Wytte
- Alias: Gretel
Sexo: Masculino
Edad: 19 años recién cumplidos esta primavera
Ocupación: La Bruja Mala del Oeste (una de ellas)
Descripción Física: Delgado y alto de más de 1.80, con la piel apiñonada, de cuerpo atlético y forjado a base de ejercicio diario centrándose en los atractivos que un hombre debe de tener, sin caer en lo grotesco, decidiéndose por lo que se considera elegantemente atractivo. De una intensa mirada azul, profunda y misteriosa pero a la vez seductora que podría embrujarte. Pero no sólo es su azul de los ojos el que destaca, ya que alguna vez fue rubio, pero debido a que su hermano insiste en que debe llevar trenzas como la Gretel del cuento, se lo tiñe de azul, para combinar sus ojos y así evitar que su hermano ande con ideas locas. Le gusta la vestimenta elegante, pero debido a que no tiene mucho dinero para comprar muchos trajes, lo modifica a su gusto, viéndose un tanto desaliñado.
Descripción Psíquica: Ecuánime, alegre y le gustan los juegos. Le gusta demasiado la naturaleza, trepar a los árboles, hablar con toda flora o fauna del bosque. Es alegre, aunque poco confiado, le asustan los desconocidos, pero sabe que algunos son más buenos que otros. Se acerca por curiosidad a muchas cosas, y parece a veces un joven felino comportándose sensual o caballeroso según lo amerite la persona, aunque la verdad es más serio de lo que parece, ya que puede hablar sin sonreír ni una sola vez si así se lo propone, además, hay temas que no merecen ni una sonrisa, sino mucho respeto y nada más. Porque a veces ve a su madre o algún espíritu que lo guía en su deber, el lo llama visiones, otros, le nombran: brotes psicóticos.
Cualidades: Sabe hacer algunos remedios curativos con plantas: una gripe, una cortada, heridas leves, fiebre y otras dolencias menores. También tiene grandes conocimientos de adivinación y esoterismo que aprendió de su madre. Sabe cocinar algunos platillos deliciosos. Pero es mejor peleando cuerpo a cuerpo con una afilada daga que su padre le enseño a usar con fines artísticos y defensivos.
- Bendición: Es extraño, el lo llama el don de la galleta, un nombre bastante estúpido para un poder estúpido, pero a fin de cuentas es su bendición, y esta consiste en que al pensar en galletas de Gengibre podrá convertir a cualquier ser vivo en galleta de jengibre por un lapso estándar de 10 segundos, sólo uno por uno y entre más lo use este consumirá su energía vital, por lo que sólo lo utiliza para escapar de situaciones peligrosas.
Biografía: En resumen, mi vida ha sido una serie de acontecimientos tristes y alegres, como todo joven de mi edad, pero yo tengo algo peculiar, y es la sangre de mi madre… una bruja, que cometió el error de enamorarse de un sirviente de la inquisición, lo cual le costó la vida… por poco a mi hermano y a mi igual, por suerte un leñador nos salvó de la muerte y nos crio con dulces recuerdos y con el amor paternal que nunca conocimos de nuestro progenitor. Por desgracia la felicidad llegó a su fin, pero a cambio conocimos a mamá una vez más y así llegamos a este punto de mi vida, en la que simplemente vivo y disfruto la vida… pero si hay algo que pueda hacer por ti… algo especial… sólo dímelo, con suerte, podemos llegar a un trato… pero si tienes más preguntas acerca de mi vida… te puedo contar el verdadero cuento de Hansel (mi hermano) y Gretel (yo)…
Datos Adicionales: Es un adicto al pan, siempre trae un pedazo comiendo, pero come como pajarillo y va dejando migas por donde camine, dejando caminitos que terminan las aves por devorar, es una gran ventaja cuando llega a extraviarse al ir persiguiendo algún animal interesante.
Otro dato es que odia a su hermano cuando le llama “Gretel”, porque el muy maldito algo quiere.
- Alias: Gretel
Sexo: Masculino
Edad: 19 años recién cumplidos esta primavera
Ocupación: La Bruja Mala del Oeste (una de ellas)
Descripción Física: Delgado y alto de más de 1.80, con la piel apiñonada, de cuerpo atlético y forjado a base de ejercicio diario centrándose en los atractivos que un hombre debe de tener, sin caer en lo grotesco, decidiéndose por lo que se considera elegantemente atractivo. De una intensa mirada azul, profunda y misteriosa pero a la vez seductora que podría embrujarte. Pero no sólo es su azul de los ojos el que destaca, ya que alguna vez fue rubio, pero debido a que su hermano insiste en que debe llevar trenzas como la Gretel del cuento, se lo tiñe de azul, para combinar sus ojos y así evitar que su hermano ande con ideas locas. Le gusta la vestimenta elegante, pero debido a que no tiene mucho dinero para comprar muchos trajes, lo modifica a su gusto, viéndose un tanto desaliñado.
Descripción Psíquica: Ecuánime, alegre y le gustan los juegos. Le gusta demasiado la naturaleza, trepar a los árboles, hablar con toda flora o fauna del bosque. Es alegre, aunque poco confiado, le asustan los desconocidos, pero sabe que algunos son más buenos que otros. Se acerca por curiosidad a muchas cosas, y parece a veces un joven felino comportándose sensual o caballeroso según lo amerite la persona, aunque la verdad es más serio de lo que parece, ya que puede hablar sin sonreír ni una sola vez si así se lo propone, además, hay temas que no merecen ni una sonrisa, sino mucho respeto y nada más. Porque a veces ve a su madre o algún espíritu que lo guía en su deber, el lo llama visiones, otros, le nombran: brotes psicóticos.
Cualidades: Sabe hacer algunos remedios curativos con plantas: una gripe, una cortada, heridas leves, fiebre y otras dolencias menores. También tiene grandes conocimientos de adivinación y esoterismo que aprendió de su madre. Sabe cocinar algunos platillos deliciosos. Pero es mejor peleando cuerpo a cuerpo con una afilada daga que su padre le enseño a usar con fines artísticos y defensivos.
- Bendición: Es extraño, el lo llama el don de la galleta, un nombre bastante estúpido para un poder estúpido, pero a fin de cuentas es su bendición, y esta consiste en que al pensar en galletas de Gengibre podrá convertir a cualquier ser vivo en galleta de jengibre por un lapso estándar de 10 segundos, sólo uno por uno y entre más lo use este consumirá su energía vital, por lo que sólo lo utiliza para escapar de situaciones peligrosas.
Biografía: En resumen, mi vida ha sido una serie de acontecimientos tristes y alegres, como todo joven de mi edad, pero yo tengo algo peculiar, y es la sangre de mi madre… una bruja, que cometió el error de enamorarse de un sirviente de la inquisición, lo cual le costó la vida… por poco a mi hermano y a mi igual, por suerte un leñador nos salvó de la muerte y nos crio con dulces recuerdos y con el amor paternal que nunca conocimos de nuestro progenitor. Por desgracia la felicidad llegó a su fin, pero a cambio conocimos a mamá una vez más y así llegamos a este punto de mi vida, en la que simplemente vivo y disfruto la vida… pero si hay algo que pueda hacer por ti… algo especial… sólo dímelo, con suerte, podemos llegar a un trato… pero si tienes más preguntas acerca de mi vida… te puedo contar el verdadero cuento de Hansel (mi hermano) y Gretel (yo)…
- Spoiler:
Seguramente alguna vez has visto aquella escalofriante y antigua casona en el bosque entre Keres y Moros, si, aquella que tiene una torre tan larga que sobresale por encima de los árboles y que cuando pequeño jurabas tocaba los cielos. Todos los niños la conocen, le tienen miedo por eso no se acercan pero que curiosamente despide un increíblemente irresistible aroma a caramelos y confites. ¿Alguna vez te has preguntado cuál es su historia?
Tiempo atrás en esa vieja casona, vivía una hermosa y solitaria mujer, quien decían era descendiente de una larga estirpe de terribles y poderosas brujas, aunque eso no era del todo cierto, la gente torció a su gusto la verdad por miedo a ella, pues siempre que algo malo ocurría ahí la veías, observando atentamente... expectante. No había nadie en Moros quien no supiera de la gran bruja de las montañas, todos le guardaban rencor y temor, una mala combinación para una solitaria mujer quien siquiera era capaz de hablar.
Un mal día, aquella mujer se encontró con un misterioso viajero quien rendido y sin energía yacía en el pastoso suelo en el bosque con nada en el estomago que le diera fuerza para levantarse… por buena voluntad ella lo llevo arrastras hasta su casa, donde cuido cándidamente de él hasta que este se sintió mejor para continuar su viaje. Tal vez fue corto el tiempo que estuvo con ella, pero a él le basto para caer encantado ante este bello ángel que le había salvado la vida, el día que se despidieron hizo un juramento en silencio donde prometía volver y quedarse con ella hasta que “dios los reclamara a su lado”.
Este encuentro marco el comienzo de la tragedia que marco sus vidas. Aquel hombre de dulce semblante y amable personalidad, cargaba sobre si el peso de la sangre derramada por incontables mujeres inocentes que cruelmente fueron acusadas de brujas, si, tal vez parezca irreal, pero este hombre era un cazador de brujas a servicio de lo que quedaba de la inquisición.
Una vez en Moros, el fiero cazador escucho las historias sobre aquella terrible bruja causante de todo tipo de desgracias en la ciudad, decidido fue a buscarla con el único objetivo de destruir su maldad pensando que la existencia de aquella “maldita bruja” ponía en peligro la vida de su amada. Jamás cruzo por su mente la ridícula idea de que la mujer que amaba era la misma que estaba decidido a exterminar hasta que su casería lo llevo cara a cara con la maldita bruja. Sus ojos no daban crédito a lo que observaban, su mente se convirtió en un caos mientras el hueco en su estomago se hacía más y más grande… entonces algo se rompió en su interior….
Desgarrado por dentro y sintiéndose traicionado por la mujer de la cual estaba enamorado no soporta más y explota en ira en contra de aquella maldita bruja que pensaba lo mantenía embrujado. Tomándola violentamente del brazo, la tira al duro suelo donde la ultraja sin piedad derramando lagrimas de furia y al mismo tiempo que vierte su semilla en el interior de aquella pobre mujer, dejando en ella un fruto de vida.
En su ciega furia la golpea una y otra vez, dañando ese hermoso cuerpo que tanto adoraba, culpando aquel ponzoñoso hechizo que pensaba lo dominaba. Maltratándola sin compasión comete el error de verla llorar, abriendo la boca lentamente en suplicas silenciosas que le hacen mirar sus ojos inundados de lagrimas de tristeza, dándose cuenta de su bestialidad, mira sus manos temblorosas y sin pensar ni un segundo recoge el despojo de la mujer que duda en amar, llevándola consigo a un lugar donde pensó podría ser salvada, el convento de santa Virgilia esperando que las monjas pudieran curarla… deseando que erradicaran el poder de Satanás que la tenia dominada.
El tiempo pasó, y más aun cuando al dar a luz, vio nacer a dos en vez de un pequeño ser humano. Su vida fue realmente feliz a partir de ese día, escuchando sus preciosas voces llorar por ella, y poco a poco aclarar sus vocecitas llamándola con dulzura “mamá”. Las monjas miraban con desprecio su radiante sonrisa a causa de sus preciosos retoños que tenían una hermosura casi etérea, pero sonreían cruelmente con solo pensar podrían sacar algo bueno de esas tiernas creaturas. El tiempo voló y pronto los niños fueron enredados por venenosas palabras de las monjas que garantizaban más comida, para su madre y ellos, si se iban a jugar con algunos obispos que de vez en cuando les visitaban. Pronto descubrieron que jugar con esos asquerosos hombres los hacía llorar, los lastimaba e incluso les llenaban sus pequeños cuerpos de moretones más dolorosos de lo que en realidad eran. Pero las recompensar eran ciertas, incluso les regalaban dulces y a su madre la trataban con amabilidad y dulzura, eso les hacia felices, pero pronto sus intentos de hacer feliz a su madre con sus propias manitas se vieron arruinados por que su propia progenitora al abrir la puerta tras la cual ellos inocentemente entregaban su joven cuerpo a un retorcido anciano, todo para proteger a su madre.
Los preciosos ojos de su madre ensombrecieron, se llenaron de lágrimas de rabia, sus niños, sus pequeños e inocentes ángeles manchados por ese maldito que cubría su repugnante pecado bajo esa sotana manchada de un asqueroso líquido espeso.
Pronto sus manos se levantaron, sus labios pronunciaron palabras mudas y los miembros de aquel pútrido ser se dispersaron por todo el oscuro cuarto. Manchando a sus pequeños sonrió maternalmente abrazándolos y saliendo de aquel sucio lugar, pero a cada persona que se encontraba caminando por los corredores un extraño poder los inundaba haciéndoles explotar sus asquerosas entrañas, desgarrándoles la carne en gironés de agonía, y más aún cuando encontró a la monja que sus pequeños señalaron como la que los guío a ese sucio acto pecaminoso. Todo fue un baño de carmesí humano y entrañas hasta que unos pasos resonaron en el recinto, pasos que de inmediato reconoció… su verdugo, su amor… el único que le mataría por amor… sonrió dulcemente, enloquecida por haber visto manchado a lo que más amaba en este mundo.
Miró a sus preciosos ángeles, tenía que esconderlos antes de que aquel hombre de confundido corazón los mirara, le sabía capaz de hacer atrocidades si se enteraba que ellos existían por sus actos impuros y violentos. Besó su frente, los metió bajo la cama y en un lento y feliz gesto les pidió silencio absoluto… unas pasos se escucharos tras ella al levantarse.
Mirando la silueta escalofriante junto a su madre teñida de rojo, pudieron distinguir su preciosa sonrisa al tiempo que sus brazos se abrían y abrazaba al que repentinamente la tomo del cabello y la azotó brutalmente en el suelo, las lágrimas brotaron, pero la sonrisa perlada de su madre perduraba a pesar del carmín que escapaba de sus labios. Sin embargo no sólo fueron sus labios los lacerados, sino también su tersa piel que los golpes impregnaban de un color amoratado, y de carmín que abrían certeras patadas en cabeza y cuerpo, aunque algunos rasguños arrancaron piel al rasgar las ropas que humildemente portaba aquella bella mujer que en pocos minutos y reflejada en las pupilas de sus hijos fue perdiendo la vida más rápido que la temperatura que se llevaba el viento con lentas caricias.
La terrible sombra tomo forma de hombre ante los atónitos ojos de los pequeños, que lentamente empezaron a derramar lágrimas por sus mejillas mientras veían a aquel ser tomar entre sus brazos a su madre, empezaba a acariciarla, besarla y hacer todo aquello que sus pequeños cuerpos habían experimentado antes con esos viejos obispos… sabiendo que aquello dolía y a su mami le desagradaba empezaron a gimotear. Gatearon para salir debajo de la cama, llorando se quisieron acercar pronunciando inocentes palabras: “mamá… duele… ¿no te duele?”
Aquel cazador que perplejo los miraba aferrarse de las pocas telas que cubrían el cuerpo de su madre… su ¿madre?... pero… ¿Cuándo?, ¿con quién?... podría ser cuando él… cuando… ¿peco?… cuando peco con la que le hechizó…
Sus pupilas se contrajeron mirando a los niños empapados en lagrimas, sus manos temblaron, era su castigo, su pecado, el embrujo del que aun era víctima… debía… algo debía hacer, sus manos buscaron y encontraron instintivamente su daga y quiso atinarle a uno de los niños que por suerte apenas le rozó la afilada hoja metálica. Dando justo en la carne muerta que ahora sostenía… si, esa era la solución… sonrió y empezó a apuñalar el cuerpo, rápido, rápido, tenía que hacerlo rápido... las entrañas se esparcieron, los niños lloraban y no dejaban de gritar “mamá”.
Finalmente, el cuerpo quedo desmembrado y los niños tratando de unir inútilmente a su madre que estaba “rota”…. Los miró teñidos de rojo intenso, les acarició la cabeza y se alejó para ir por una pala, la cual utilizó durante algunas horas para cavar la única forma en la que podía obtener el perdón divino… una a uno echó los pedazos humanos, y por ultimo miró a lo lejos a los pequeños que se aferraban a un brazo y a la desfigurada cabeza de su madre, respectivamente. Les pidió acercarse, ellos negaron y echaron a correr desesperados aun aferrados a lo único que restaba de su madre. Fue una persecución breve, en poco tiempo los alcanzó jalándolos como si de animales se trataran, escapándose una sola vez tras morderle y esconderse vanamente en un enorme jarrón el cual cargó sin pensarlo mucho y arrojarlo sin sentimiento alguno al profundo hoyo, sin atender a sus gritos y llantos, cubriéndolos de inmediato con la tierra sacada.
Cuando todo estuvo echó miró sus manos, enjuagó en agua fresca y salió del lugar, sonriendo, pensando que su pecado había sido borrado de la faz de la tierra gracias a la divinidad en la que creía. Tarareando se fue, enloquecido por lo hecho, escuchando voces de perdón, escuchando voces que le invocaban a cumplir con más de sus deberes… había más que hacer después de ese pequeño… “tropiezo”.
Los niños abrazados a su madre dejaron de llorar, estaban cansados, querían dormir… querían olvidar sus pequeñas mentes, pero sólo les concedieron el beso de Morfeo, haciéndolos cerrar sus ojitos, acurrucándose entre ellos y los miembros cercenados, sin saber que apenas les quedaban unas horas de aire para seguir vivos, todo gracias al jarrón que sin querer ayudaba a soportar la presión de la tierra para no morir sofocados con tierra en sus pulmones.
En cierto modo tuvieron mucha suerte pues al amanecer del siguiente día un canino comenzó a escarbar en el lugar donde ellos se encontraban enterrados. El animal era mascota de un viejo leñador quien pasaba por la zona cada que se dirigía a trabajar. Cuando vio a su perro encontrar algo el leñador los siguió y curioso lo ayudo a excavar dando así con el jarrón donde los niños se encontraban durmiendo…
Al ver su interior se mostró aterrado, asqueado, no podía creer lo que sus ojos veían, sin pensarlo dos veces rompió un costado del jarrón usando su hacha, sacando después a los niños de su interior quienes seguían aferrados a los restos de su madre aun en sueños.
Desde de ese momento la vida de los dos pequeños fue más tranquila, el leñador era una persona de muy buen corazón, se encargo de cuidarlos, intento por todos los medios posibles de hacerlos olvidar aquel terrible pasado que había dejado en ellos una gran cicatriz. Con puro cariño, poco a poco logro abrir el corazón de los pequeños, incluso recuperaron su sonrisa y sus risas.
Se convirtieron en una familia, incluso les dio nombre al desconocer el que en realidad tenían… a uno lo nombro Hansel y al otro lo nombro Gretel, puesto que todas las noches antes de mandarlos a dormir les contaba la historia de aquellos hermanos que vencieron a la bruja de la casa de jengibre.
Los días pasaron felices y tranquilos, hasta que, al llegar los hermanos a la adolescencia su padre, el leñador, se caso con una agradable mujer que había cautivado su corazón. Desafortunadamente el leñador era muy pobre y difícilmente podía mantener a su familia, esto provoco que un día su esposa le pidiera ayuda a los niños y se los llevara al bosque, llevándolos lo más lejos que pudo hasta que logro perderlos abandonándolos a su suerte con tan solo un par de hogazas de pan.
Hansel y Gretel caminaron sin rumbo por el bosque el cual se hacía más oscuro a cada paso que daban… pronto no sabían si iban o venían, estaban totalmente perdidos. Pasaron los días y no encontraban su casa o algún lugar donde poder refugiarse hasta que un dulce y maravilloso aroma los guío hasta una vieja casona abandonada en medid el bosque. Lugar que alguna vez fue el hogar de su madre…
En un principio se negaron a entrar, era un lugar aterrador, les recordaba la casa de la bruja del cuento, mas algo en su interior los llamaba insistentemente… al final terminaron cediendo y temerosos de lo que pudiera pasar entraron. El lugar estaba vacío, se notaba que hace muchos años ningún ser vivo había entrado a la vieja casa, lo más raro era que los hermanos se sentían muy bien en su interior, seguros, como si estuvieran en casa. Totalmente agotados cayeron rendidos en la cama de uno de los cuartos donde tuvieron un extraño sueño que se podría decir los despertó.
Vieron a su madre, y a muchas otras mujeres que en su vida habían visto pero que parecían haber vivido en diferentes tiempos, pronto entendieron todo, grandes verdades les fueron reveladas… entendieron su pasado, su presente y su destino… ese día, recuperaron sus raíces y aceptaron continuar el trabajo de sus antecesoras. Dos nuevas brujas de la casta Wytte nacieron en ese momento.
Y yo… soy uno de ellos.
Datos Adicionales: Es un adicto al pan, siempre trae un pedazo comiendo, pero come como pajarillo y va dejando migas por donde camine, dejando caminitos que terminan las aves por devorar, es una gran ventaja cuando llega a extraviarse al ir persiguiendo algún animal interesante.
Otro dato es que odia a su hermano cuando le llama “Gretel”, porque el muy maldito algo quiere.
Gretel- Human
- Mensajes : 52
Fecha de inscripción : 07/11/2010
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